En Colombia, desde hace varios años, se ha venido presentado una reforma educativa que busca imponer una
flexibilidad en la educación superior. En el libro del educador, Mario Díaz
Villa, “Flexibilidad y educación superior
en Colombia” se plantea, junto con el Ministerio de Educación y el ICFES (Instituto
Colombiano para el Fomento de la Educación Superior), que el sistema de
créditos es la base para la implantación de la flexibilidad en el país. Lo
anterior se fundamenta en dos ideas
principales. La primera de esta es que los créditos permiten brindar una
libertad a los estudiantes de elegir sus materias dependiendo de los créditos
que esta posea. La segunda idea trata sobre la evaluación en créditos de las
materias, es decir, el número de créditos que representa una materia, teniendo
en cuenta el tiempo presencial y el tiempo independiente, para facilitar la
transferencia de estudiantes entre universidades.
En distintos países del
mundo se ha implantado el sistema de créditos en la educación superior. El sistema
consiste en que el estudiante cancela un valor a la universidad por un número
determinado de créditos. El estudiante podrá cursar o adelantar estudios
mediante una elección libre de materias, siempre y cuando la suma total de los créditos
de cada materia, no exceda el número de créditos pagados a la universidad. Según el señor Díaz, la libertad que tiene el
estudiante de elegir sus materias es un aspecto que apoya la implementación de
la flexibilidad en la educación superior, ya que no se sigue un currículo rígido.
Según mi opinión, el sistema de créditos es muy importante en la flexibilidad académica,
ya que el estudiante no esta bajo un currículo rígido, si no que por lo
contrario esta en la libertad de elegir las materias del pensum que quiera
cursar.
La flexibilidad que se
busca implementar en la educación superior, incluye la facilidad de realizar
una transferencia entre universidades. Para lo anterior, se necesita que las
universidades manejen una misma unidad de trabajo académico, el cual se
denomina crédito. Esta unidad de trabajo de mide en respecto al tiempo en total
que se requiera para cursar el crédito. Se denomina tiempo presencial, al
tiempo que se emplee a algún tipo de clase magistral, es decir, que haga un
apoyo de parte del profesor y se entiende como tiempo independiente, al tiempo
que se utilice para los estudios de la materia, pero fuera de las aulas de clase.
Dependiendo del tiempo total que se utilice para cursar satisfactoriamente una
materia, es la cantidad de créditos que se le asignan a esta. En el capitulo
analizado, el educador Díaz afirma que el estudiante conoce el tiempo que le
pueda dedicar a cada materia y con este conocimiento hace la selección de las
materias que desee cursar en ese semestre. Lo anterior es un paso mas para
conseguir la flexibilidad que se esta buscando en Colombia. Mi opinión al
respecto es que, efectivamente, la creación de una unidad de medida igual para
todas las universidades es un método que facilitara la realización de transferencia
y la homologación de materias entre las universidades.
Para obtener la implementación
de una flexibilidad en la educación superior de Colombia, se deben realizar
varios cambios y llevar a cabo procesos que permitan lo deseado. Uno proceso
que podría ser base para lograr la flexibilidad, es la creación de un sistema
de créditos, el cual permite al estudiantes tener una mayor libertad al
realizar la elección de las materias y además, facilita la transferencia
estudiantes entre universidades, con una homologación casi completa de las
materias cursadas. Mi nueva perspectiva sobre el tema se basa principalmente es
que la flexibilidad académica que se desea implementar en el país, tiene varios
efectos en las instituciones y en los estudiantes, que puede traer ventajas o
desventajas.
Díaz Villa, Mario (2002). “Los créditos y la flexibilidad en formacion”. En Flexibilidad y educación superior en Colombia. Bogota: Procesos
editoriales.
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